LA VALENTÍA TAMBIÉN SE HEREDA
Relato corto de una mujer que encuentra un diario del S.XVII

25-Mayo-1650, Francia.
Mi padre me regaló esta preciosa libreta para que practique la escritura, es de esos hombres que hoy en día escasean. Está mal visto que las mujeres aprendan a leer y escribir, ó incluso otro tipo de materias como las matemáticas. De nosotras se espera que aprendamos a ser buenas esposas y madres; que nos dediquemos a limpiar, coser, cocinar, etc, en resumen, ser una buena ama de casa. Lo que pasa, es que yo quiero algo más, quiero escribir poesías y libros, quiero conmover a las personas con mis palabras, me da igual que mis escritos lleven nombre de un hombre en vez de el mío; pero me gustaría que alguien los lea.
Tengo que darle las gracias por enseñarme este arte. Aquel día me dijo: «Por si algún día lo necesitas, pero ten cuidado que nadie lo sepa, no se premia que una señorita como tu sepa leer y escribir.» Por eso lo hago a escondidas, a la luz de las velas. Aprovecho ahora que mi marido está fuera del hogar, aunque tengo miedo de que encuentre estas líneas antes de mi muerte.
2023, España.
Jacqueline siente lo rápido que le palpita el corazón de la emoción al darse cuenta de que es un auténtico diario del siglo XVII. Lo encuentra debajo de la cama, «¿Por qué Marc lo habrá escondido aquí?» se pregunta a la vez que busca el nombre de la autora por alguna parte. Mira en la portada, la contraportada, las primera y las últimas páginas y no está puesto en ninguna parte. Se puede notar la decepción en su cara, aunque entiende que, tal vez, no lo escribió por miedo a ser descubierta.
Se pregunta cuánto tiempo lo habrá tenido ocultado allí, es algo tan interesante que le brillan los ojos solo de tenerlo en la mano. Le apasiona la historia, sobre todo el siglo XVII, por eso no asimila como una persona que la debería querer con locura no le ha contado algo tan importante para ella. Últimamente, no entiende muchas de las cosas que hace.
Sin darse cuenta, le viene a la cabeza lo que pasó hace un mes. El día que le contó su entrada en la universidad de Oxford para estudiar medicina y que está meditando la posibilidad de mudarse a Inglaterra. Su respuesta fue totalmente inesperada para ella. Sin ningún motivo, le empezó a gritar que como se creía con el derecho de decidir por los dos cuando estaban a punto de formar una familia y toda su vida está ahí, en Madrid. Además de todo eso también le gritó que no valía para ir a esa universidad, que nunca sería tan lista como para graduarse y que entonces habría tirado ambas vidas a la basura. Después, se sintió tan vulnerable, asustada e impotente que salió corriendo y llorando de ese piso.
Lo que Jacqueline más lamentó en ese momento, fue no haber sabido en quien se iba a convertir Marc cuando se casó con él dos años antes, no haber escuchado a la gente que tenía cerca que le decían que era demasiado joven y que a sus 22 años no podía saber si era el hombre indicado. Pero ella lo único que veía eran las flores, los bombones, las cenas románticas, cuanto la escuchaba y la valoraba; por eso removió cielo y tierra para defenderlo. Sin embargo, desde hace una año, le empezaron a entrar las dudas sobre si quiere a este nuevo Marc a su lado. Se originaron cuando, poco a poco, dejó de tener tiempo para ella. Después empezó a no escucharla. Hasta que, finalmente, se las arregló para que cada vez que discutían, Jacqueline, creyese que la culpa siempre era suya.
Decide sacarse todos esos pensamientos intrusivos de la cabeza y como no quiere arriesgarse a que Marc la pille con el diario en la mano, lo coge, se hace un bocadillo y se va al parque del retiro. Necesita pensar qué hacer con su futuro, ya que solo tiene unos días para decidir si va a aceptar la plaza en Oxford o no. Aunque lo peor va a ser decírselo a Marc.
Con la esperanza de que la chica del S. XVII le ayude a vislumbrar un poco más su camino, se sienta en un banco y sigue leyendo.
27-Mayo-1650, Francia.
Quiero escribir estas páginas para dejar constancia de mi vida, pero sobre todo, por si en un futuro le sirve a alguna persona de inspiración y valentía. Hace dos jornadas que no estuve sola en todo el día para poder hacerlo, pero estoy pensando en escabullirme en algún momento durante la mañana o la tarde.
Hoy Joseph, mi marido, se ha ido a la taberna, como casi todas las noches. Espero que tarde unas horas en llegar. Suele venir ebrio, entonces no sé si su oscuridad se ha apoderado de él, hasta el momento en que me aborda con un deseo irrefrenable de quitarme la ropa. No le importa lo que yo quiera o mi opinión; si eres una mujer, pocas veces interesa lo que tengas que decir. Normalmente, solo puedes asentir y obedecer.
Muchas veces, cuando llega en esas condiciones, finjo que estoy durmiendo; así no tengo que entablar conversación con él. Antes de que nos casáramos, mis padres me dijeron que era un buen hombre, que era un duque y me cuidaría mejor de lo que podrían hacerlo ellos o yo sola. Ahora tengo mis dudas de que todo eso fuera cierto. Mis padres, en aquel entonces, necesitaban dinero; por eso me entregaron a él.
Al principio era muy amable, me cortejaba y me hacía sentir especial; pero después de casarnos todo empezó a cambiar. No sé en qué momento exactamente los cortejos se convirtieron en demandas, las risas en enfados, las palabras bonitas en expresiones horribles, la atención que me prestaba en falta de interés.
Por eso prefiero evitar verlo lo máximo posible, refugiarme en mis palabras, labrarme un futuro.
2023, España.
El hecho de que una mujer de ese siglo se plantee siquiera escribir un libro, le parece tan valiente que se le encoge el corazón al pensar que ella tiene todo lo que necesita para estudiar lo que siempre ha querido y tiene miedo de la reacción de una sola persona.
Piensa que ese temor es irracional, se pregunta si él haría lo mismo que le está pidiendo, si sacrificaría su sueño por ella. Cree que ahora que lo tiene al alcance de sus manos no puede tirarlo todo por la borda tan a la ligera.
Después de meditarlo durante un tiempo más, decide que va a aceptar la plaza, pero que de momento no se lo dirá a Marc.
Sigue leyendo algunas entradas más en las cuáles cuenta que ya ha empezado el libro de poesía, que se escapa al páramo durante el día para poder escribir, ya que, Joseph pasa las noches con ella, él quiere tener un hijo y dice que para eso tienen que estar juntos. Ella cuenta como tiene que ceder siempre aunque no quiera.
Al terminar de leer la última entrada que escribió en junio se da cuenta de que ya está anocheciendo, por lo que se va a casa, aunque no le apetece mucho ahora mismo ver a Marc.
En todo el fin de semana no pudo estar sola ni un segundo, él ha querido pasar cada momento a su lado, ha sido un poco agobiante, pero al menos da gracias porque es lunes y puede estar sola toda la mañana, la va a aprovechar para leer el diario. Está deseando saber más sobre esa chica y si al final consigue publicar su libro.
4 -Julio -1650, Francia.
Son las cuatro de la tarde, estoy a unos dos kilómetros de casa a pesar de ser inmensa y poder perderte por mil rincones. Después de que ayer, Joseph, me encontrara escribiéndole una carta a mi padre, no me quiero arriesgar a que me vea de nuevo. Fue el día que más enfadado lo he visto desde que lo conozco, parecía una persona totalmente diferente. A veces no era un buen hombre y, desde luego, cada momento que pasaba me respetaba menos. Pero nunca me imaginé que acabaría poniéndome la mano encima. Aún me duele la cara del golpe y el costado derecho del impacto contra el suelo.
¿Cómo he permitido que esta situación llegara tan lejos? Sé que provengo de una familia humilde, pero aún así me merezco lo mejor. Yo, Marie Dubois, me comprometo a no dejar de intentar salir de esta situación hasta sentirme libre y en paz.
2023, España.
«¿Será la misma Marie Dubois de la que me habló mi madre el otro día?» Al leer el nombre, a Jacqueline le viene a la mente la conversación que tuvo en casa de sus padres hace una semana. Se queda paralizada por unos minutos pensando que es imposible que sea su antepasada, o al menos, quiere convencerse de que Marc no lo sabía. Sino, de otra manera, ¿Por qué le ocultaría algo tan importante?
Al día siguiente, le cuesta mirarse al espejo del arrepentimiento que siente por lo que ocurrió la noche anterior. Cuándo Marc llegó a casa, Jacqueline lo estaba esperando en el sofá, le ardían las mejillas y le costaba estarse quieta debido a la rabia que sentía por dentro. No entendía cómo había sido capaz de no contarle que tenía algo tan valioso.
Hizo un gran esfuerzo por preguntarle amablemente en vez de gritarle en cuanto lo vió. Nada más salieron las palabras de su boca supo que nada iba a ir como suponía, en su mirada vió como la ira nacía lentamente dentro de él. Marc se puso a la defensiva. Le dió la vuelta a todo, empezó a decirle que cómo era capaz de mirar entre sus cosas. Entonces la mala ya era Jacqueline y él la víctima.
Le siguió insistiendo un buen rato para que le respondiera, pero Marc se iba enfadando más y más, hasta que se oyó un golpe sordo en todo el apartamento.
Todo pasó tan rápido que no se percató que le había pegado hasta que se vió tirada en el suelo. Empezó a recoger sus cosas para irse de esa casa, que en los últimos meses se había convertido en un infierno. Marc no hacía otra cosa que pedirle perdón y decirle lo mucho que se arrepentía. Al final admitió, a modo de disculpa, que la tía de Jacqueline le había enviado un paquete con el diario y una carta. En la cual, le animaba a ser valiente e irse a estudiar lo que siempre había deseado. Después, él le imploró entre sollozos que no se fuera, que tenía miedo a que lo hiciera y por eso se lo ocultó. Al final lo acabó perdonando y acabaron en la cama.
Después de esta catástrofe está más confundida que antes, piensa en si realmente está decidida a tirar todos estos años con Marc a la basura y si vale tanto la pena ir a la universidad.
Como no tiene respuestas, coge el diario a ver si en Marie encuentra una guía.
7-Julio -1650, Francia.
Joseph sigue empeñado en concebir un hijo, a pesar de que aún no esté preparada. Pasan los días y persiste en estar conmigo casi a todas horas. Si encuentro algo de tiempo lo paso escribiendo poesía y no, mis monótonos días.
30-Julio -1650, Francia.
Ahora su oscuridad se apodera de él cada noche. Ya no es el buen hombre que conocí, aquel que me cortejaba y me traía flores. Poco a poco, con el paso de los días, las patadas empezaron antes del ocaso, los puñetazos venían con la comida y los manotazos en la cara al alba.
05-Septiembre-1650, Francia.
Ha pasado más de un mes desde mi última escrita, todo lo que conté empeora cada vez más. Hace algunas semanas que no sangro, por eso mañana vendrá el médico, para afirmar que todo está correcto.
10-Septiembre-1650, Francia.
Desde el día que vino el médico Joseph no se separa de mí. Mis peores temores se han hecho realidad, estoy encinta. No sé qué haré ahora, no puedo permitir que mi hijo, o hija, nazca y crezca junto a este monstruo que finge ser mi marido. Cuándo me casé con él tampoco es que tuviera opción a decidir cómo quería que fuera mi vida. Pero en este momento si tengo que hacerlo, necesito escapar y ser valiente. Por la vida que late dentro de mí.
2023, España.
Jacqueline aprovecha que Marc estará casi el resto del día trabajando para terminar lo poco que le queda del diario. Le gustaría que Marie fuera capaz de ser feliz y vivir en paz.
03-Octubre-1650, Francia.
Después de todo el infierno al fin tengo buenas nuevas, he acabado mi libro de poesía. No estoy segura de si será lo suficientemente bueno, pero las próximas dos jornadas iré por todo París para conseguir alguien que quiera comprarlo, tengo que aprovecharlos al máximo ya que Joseph se ha ido de viaje por varios días.
04-Octubre-1650, Francia.
Hoy he conseguido que vendan mi libro, la única condición es que lleve un nombre de hombre como autor. Acepté, ya que con el dinero podré fugarme a otro país y empezar de cero. Será difícil siendo mujer y madre, pero estoy dispuesta a correr el riesgo. Siento que si no lo hago y me quedo aquí, en esta mansión, mi alma morirá cada día un poquito más. Hasta que ya no quede nada de mí.
Esta noche, al ocaso, me han conseguido un trayecto que va directo a Madrid, España. Estoy deseando ver y sentir nuevos horizontes.
13-Octubre-1650, España.
Han pasado unos días desde que llegué a mi destino. Con el dinero que conseguí por la venta de mi primer libro, pude alquilar un sitio donde vivir. No es gran cosa, pero sí acogedor. Además, he conseguido un trabajo como limpiadora en un orfanato cercano. Mientras, seguiré escribiendo más libros y cuando aprenda la lengua española podré traducirlos y venderlos bajo el mismo nombre que el primero.
Guardaré este diario para que mi hijo, o hija, y su descendencia sepan de donde proceden. Quiero que tengan la valentía de ser y hacer lo que ellos quieran, para que vivan una vida feliz y tranquila.
2023, España.
A pesar de haberse leído el diario al completo no ha encontrado las respuestas que buscaba, o mejor dicho, el coraje para hacer lo que realmente desea..
Empiezan a pasar los días y las cosas entre Marc y ella empeoran. Le es inevitable pensar en Marie Dubois, toda la osadía que tenía, aquella que quería dejar como legado para sus descendientes y no sabe sí se habrá saltado una generación. En cinco días tiene que coger un avión para ir a la universidad e igual no será capaz de hacerlo.
Al día siguiente se levanta algo preocupada, hace ya una semana que le debería haber bajado el periodo. Así que, decide ir a la farmacia a por un test de embarazo.
Después de hacerse cuatro sabe que está embarazada. Ahora sí que está perdida, porque
no sabe si realmente quiere que su hijo se crie sin padre. Pero lo peor es que no tiene claro si va a poder criar a un hijo y estudiar la carrera de medicina. Por eso, llama a sus padres y les cuenta todo lo ocurrido. En ellos siempre encuentra el consuelo que necesita. Le dicen que creen que es mejor para ella que se vaya, que ellos le ayudarán en todo y que, si realmente ha sucedido como les ha contado, es mejor que no le diga nada a Marc.
Tras meditarlo un día más, decide que es el momento. Aprovecha que él está trabajando para hacer las maletas y llevarse todo lo que necesita. Acto seguido, llama a un taxi y va directa al aeropuerto. No se molesta ni en cambiar el antiguo billete, Marc sabía que lo había cogido por si acaso, así que compra uno nuevo y se va a comenzar una nueva vida.
Se ha comprometido consigo misma a leerle el diario de Marie cada año a su hijo, además de escribir el suyo propio. Así dejará sus memorias en legado a sus descendientes, para que tengan la valentía de ser quienes realmente desean ser.